domingo, 28 de septiembre de 2008

Historias del país de Rutabaga

...El taquillero estaba sentado detrás de su ventanilla, vendiendo billetes de tren igual que siempre.
-¿Desean un billete para ir y volver o desean un billete para ir y no volver nunca jamás?
-Queremos un billete para viajar hasta donde las vías del tren suben y se pierden en el cielo y no volver nunca más; mándenos hasta donde lleguen las vías del ferrocarril y luego cuarenta veces más lejos aún...

1 comentario:

Dafne dijo...

Gracias por devolverme un trozo de mi infancia, durante algún tiempo creí que este libro lo había soñado, me alegro de que alguien más se acuerde de él.